4.8.05

La objeción de conciencia

La objeción de conciencia es algo serio. Yo fui objetor de conciencia, y tenía mis poderosas razones para serlo. No quería hacer la mili, menos cuando ello partía en dos mi carrera profesional, no podía elegir fecha para "cumplir" con la patria, y tenía que perder casi dos años de mi vida al servicio del Estado por un miserable sueldo de unas 1500 ptas mensuales durante los 9 meses de prestación del Servicio Militar Obligatorio. No, no estaba dispuesto a aceptarlo y me declaré objetor de conciencia, asumiendo sus consecuencias.

Sin embargo, mira por donde, estos últimos meses se ha puesto de moda otro tipo de objeción de conciencia, por parte de jueces, alcaldes y concejales, por la posibilidad de alegar objeción de conciencia para no celebrar matrimonios entre homosexuales. Yo creo, sinceramente, que están en su derecho... pero aceptando las consecuencias, tal y como yo hice.

Si un juez tiene la obligación de celebrar matrimonios y se niega, pues no puede ser juez. Que se dedique a otra cosa.
Si un alcalde no quiere casar gays en su ayuntamiento, que ceda su puesto a otro que esté dispuesto a hacerlo, máxime cuando se ha presentado voluntariamente a ese puesto, asumiendo las responsabilidades que el mismo conlleva con total libertad, y con el apoyo de sus votantes.
Si a un concejal le da cargo de conciencia pronunciar las palabras de unión en matrimonio, que no las pronuncie, pero que presente su dimisión de inmediato, para que ocupe su puesto el siguiente de la lista.

Es muy fácil. Nadie obliga a nada. Pero cada decisión personal tiene sus consecuencias, y hay que asumirlas. De la misma manera que yo ya no puedo presentarme a un puesto militar, aunque mi currículum sea el más apropiado para el mismo, aunque ya no me sienta objetor porque afortunadamente ya no hay servicio militar obligatorio. ¿Y si ahora que Bono va a subir los sueldos a mí me interesara entrar en el ejército? No puedo. Lo asumí en su momento cuando me declaré Objetor de Conciencia contra el servicio militar en aquellas condiciones. Pero las condiciones han cambiado y yo sigo siendo objetor de conciencia para toda la vida, aunque no quiera.

Pues los jueces, alcaldes y concejales... que asuman su responsabilidad legal y que dimitan si no están dispuestos a cumplir con su deber. Así de claro.

La ley es la ley, y DEBE ser igual para todos.

¿o no?